Ninguna información existe sin desinformación. No corrais tanto... tranquilitos
La saturación de imágenes a las que estamos expuestos provoca un estado de hechizo y ensimismamiento, en el que espacio y tiempo desaparecen. Esta fascinante (en sentido diabólico) velocidad audiovisual "impide mirar hacia los lados, rechazar la fijeza de la atención, alejarse del objeto hacia el contexto, evitar el origen de los hábitos, del acostumbramiento".
Alberto García Alix. Portada de su libro "Moriremos mirando". [ed.La Fábrica]
En el mundo automovilístíco hay una partida, un viaje y una llegada. En la velocidad audiovisual todo llega.
Todo viene a mí, sin necesidad de haber partido. El ser deviene un ser de la espera. No actúa.
Alejandro Vidal. "Falling from trees" 2009.
Hasta el espíritu más sagaz pierde toda capacidad de juicio cuando se somete a la ley de las influencias colectivas. Ese magma, el verdadero flagelo del conformismo colectivo.
Thomas Ruff. Pabellón Mies Van Der Rohe.
Ryan McGinley 2007.
El sueño de 24 horas en que viven los hombres. La inercia de la conciencia.
Nuestra sociedad no es una sociedad activa sino interactiva. La interactividad prescinde del desplazamiento físico y de la reflexión, por consiguiente, el incremento constante de la velocidad nos llevará a la inercia y la parálisis. El problema ya no concierne tanto a la lentitud o la velocidad, sino que concierne a la inteligencia del movimiento.
Ryan McGinley.
La fascinante imagen del individuo atravesado por el paisaje que fluye como un trazo.
Después de un cierto número de imágenes por segundo ya no hay más percepción. Lo que hay es un fenómeno subliminal.
Los textos que acompañan las imágenes son extractos de 3 obras de Paul Virilio
[La Cibernética, la poplítica de lo peor. La Máquina de Visión. Estética de la Desaparición] y de algunas de sus entrevistas.
más:
Existir es existir- in situ – aquí y ahora – hic et nunc -
Ojo.
Estamos enfrentándonos a un nuevo fenómeno: la pérdida de orientación. Se está haciendo una duplicación de realidad sensible en realidad y virtualidad. Amenaza una estereo-realidad de géneros. Una pérdida total de los comportamientos del individuo que amenaza con ser abundante.
Esto es precisamente lo que se está viendo amenazado por el ciberespacio y lo instantáneo, la información globalizada fluye, lo que hay delante es una distorsión de la realidad; es un shock, una conmoción mental. El aspecto negativo de las autopistas de la información es precisamente esa pérdida de la orientación en lo que se refiere en la alteridad (el otro); es la perturbación en la relación con el otro y con el mundo.
La palabra globalización es una farsa. No hay globalización, sólo hay virtualización. Lo que está siendo efectivamente globalizado es el tiempo.
La velocidad es poder, poder de destrucción, poder que inhibe la posibilidad de pensar.
La velocidad como factor totalitario y adormecedor, la irreflexión de los medios y el flujo ininterrumpido de imágenes y emociones tan instantáneas como universales forman ya parte de nuestra realidad.
Hemos pasado de la velocidad móvil, es decir de la velocidad de los tanques, de los autos y de los aviones supersónicos, a la velocidad de la luz, a la velocidad de las ondas electromagnéticas. Estas ondas vehiculan la información, las comunicaciones, y, sobre todo, la interactividad.
Esto significa que nuestra sociedad no es una sociedad activa sino interactiva.
Debemos reflexionar sobre el ritmo. Como en la música, nuestra sociedad debe reencontrarse con el ritmo.
El hombre empieza a estar de más. Asistimos ahora a una reactivación económica sin empleo. La carrera hacia la productividad reemplaza a los productores, es decir, el trabajo del ser humano. Nuestra civilización está amenazada. El respeto de los derechos humanos está en tela de juicio. Necesitamos un esquema de pensamiento distinto.
La libertad está amenazada por la velocidad. Eh! ... tranquilitos.
Koyaanisqatsi
